Puede que muchos piensen que el cinturón como prenda ligada a la vestimenta de hombres y mujeres es algo relativamente moderno. Nada más lejos de la realidad.
El cinturón, correa o cinto, tiene su origen en la edad e bronce donde ya era utilizado en su forma más rudimentaria. Incluso los persas llegaron a otorgarle un carácter protector y lo utilizaban para ahuyentar a los malos espíritus.
En el Antiguo Testamento se hablaba del cinturón como una especie de amuleto que tenía propiedades curativas y la capacidad de mantener alejados a los gusanos.
En la Grecia Antigua los dioses usaba cinturón. Hera, con el fin de seducir a Zeus, le pide a Afrodita que le preste el cinturón de cuero con ricos adornos.
En una historia más reciente, antes de los años 20 estuvo muy ligado este elemento al mundo militar. A partir de ahí poco a poco se fue popularizando su uso como complemento en los pantalones de los hombre o en las faldas de las mujeres.
A día de hoy es una pieza más con la que jugar a la hora de construir nuestros 'outfits'. De cuero, de tela, de goma, etc. Más formales o de colores para aportar un toque fresco a nuestro look. Sea como sea es un elemento que debemos elegir de manera acertada para no caer en errores garrafales.
Una regla a la hora de combinarlo: cinturón, zapato y correa del reloj deben casar.
